Comprender la adicción al móvil en adultos jóvenes
Todo padre sabe que un hijo es un eterno cuidado y dedicación de tiempo. Por lo que está claro que los padres pueden hacer mucho por ayudar a superar esta adicción que padecen sus hijos adultos.
Lo primero es darse cuenta de que hay un problema que tenemos que trabajar en conjunto y que precisaremos pasar por la consulta de un psicólogo para que nos oriente, al igual que nos orienta nuestro asesor fiscal o el mecánico de nuestro coche cuando no sabemos sobre ese tema en concreto.
Esta adicción es una adicción que hace años no era tan visible, ya que el uso del móvil no era tan prolongado, por eso debemos entender que, aunque parezca raro que haya personas adictas al móvil, las hay de todas las edades y géneros y tenemos que informarnos acerca lo que es la adicción para entenderla mejor.
Establecer una comunicación efectiva
Cuando en casa hay una adicción esto genera fricción, no es agradable, ya que vemos situaciones complicadas que nos pueden causar tensión. De ahí, la importancia de mantener líneas de comunicación abiertas y efectivas, no podemos enfrentarnos a un problema acusando o culpando a la otra parte, ya que esto genera rechazo.
Si no sabemos del tema, informémonos mediante profesionales de la psicología que entiendan del tema, busquemos tener una comunicación efectiva con nuestros hijos y nosotros también mostrándonos comprensivos con ellos. Esto es tú y tu hijo contra el problema, no tú contra tu hijo por este problema, es importante que tengamos en cuenta esta gran diferencia.
Fomentar la conciencia y la autorreflexión
En casa, nosotros como padres debemos dar ejemplo. De nada sirve que digamos que nuestro hijo está enganchado si luego nosotros no despegamos la vista del teléfono. Por eso, tenemos que abordar la conciencia sobre el uso del móvil, usarlo cuando sea necesario y saber que hay situaciones donde no debe ser usado, por respeto.
Desde casa y nosotros como figuras de referencia debemos abordar este tema desde la autorreflexión, es decir, vamos a hablar abiertamente de qué relación tenemos en casa con el móvil y buscar cambiar a mejor este patrón de conducta que no nos está haciendo bien.
Apoyo en la creación de hábitos saludables
Como dije en el punto anterior, tenemos que dar ejemplo. Y para que este ejemplo sea efectivo y mantenible en el tiempo tenemos que establecer límites razonables, fomentar pasatiempos donde no intervenga el teléfono móvil: hacer deporte, leer, ir al cine, quedar con algún ser querido.
Aquí es importante crear un equilibrio entre la vida digital y real. Sabiendo que estos hábitos tenemos que integrarlos en nuestra vida para poder crecer personalmente y desligarnos de la cadena que tenemos en las manos, con forma de teléfono móvil. Aprendamos a usar el móvil con responsabilidad y siendo nosotros quienes elijan cuando usarlo, con mesura.
Modelar un comportamiento positivo
Los hijos son esponjas de lo que ven en casa, si tú en casa comes fruta, tu hijo comerá fruta, si en casa después de cenar lees, tu hijo leerá. Créeme, que como padre lo que hagas, influirá en gran medida. Por eso, seamos responsables en este tema que nos preocupa de la adicción al teléfono móvil, ya que de nada valdrá dar sermones a nuestro hijo acerca de la adicción, si nos pasamos el día nosotros pegados al móvil. Por eso, seamos coherentes y demos ejemplo, los hijos se fijan en los padres más de lo que os pensáis, aunque no os lo digan directamente.
Facilitar recursos y ayuda profesional
A veces no podremos llegar a todo, por eso, pediremos ayuda a profesionales de la psicología. Por eso, será fundamental reconocer que se necesite esa ayuda externa y asegurarnos que el psicólogo que busquemos tenga experiencia de éxito con estos casos de adicción al móvil.
Sinceramente, puede que hace 10 años, no hubiese los recursos y herramientas de ayuda que ahora tenemos, con una simple búsqueda en Google puedes encontrar psicólogos especializados en este tema, algo impensable cuando al igual nosotros éramos niños. Por eso, normalicemos ir al psicólogo, ya que el psicólogo es una ayuda, no un motivo de vergüenza, ni un castigo para padres y/o hijos.
Fortalecer la red de apoyo familiar
Cuando hay un problema de esta índole, la familia tiende a separarse o juntarse más, por nuestra parte, intentaremos que esta red de apoyo familiar se fortalezca.
Por eso, no tengamos miedo a hablar abiertamente del problema, acudamos a profesionales de la psicología si vemos que esta situación no se soluciona con esos diálogos padre-hijo y, sobre todo, busquemos trabajar juntos.
En consulta veo como muchos padres culpan a sus hijos e hijos culpan a padres en este tema de la adicción al móvil y así la terapia se vuelve liosa, no resuelve y damos vueltas en circulo a cosas que no aportan. Si decidís empezar terapia para abordar este tema, seamos un equipo contra la adicción, que la adicción no os separe.
Promover actividades conjuntas sin pantallas
¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y jugábamos en la calle sin mirar relojes, ni pantallas? Estos recuerdos nostálgicos son muy bonitos y ojalá no se perdiesen esas costumbres, por eso, tratemos de hacer actividades en familia que no precisen estar pegados a una pantalla.
Si queremos fortalecer lazos familiares y reducir esa dependencia al móvil, salgamos a la calle a hacer actividades, comer, conocer algún lugar cercano, estar con la naturaleza o acudir a algún evento que nos haga ilusión. Hay mucha variedad de situaciones, busquemos integrarlas en nuestro horario semanal, para desconectar de la tecnología y conectar con las personas.
Educación continua sobre tecnología y salud mental
Lo que está claro es que la tecnología vino para quedarse y que esto nos ha traído muchas ventajas y a la vez desventajas, por eso para combatir esas desventajas y que el uso de la tecnología no afecte a nuestra salud mental, será fundamental contar con educación continua, en la que tendrán que estar involucrados tanto padres como hijos.
En este apartado, será importante que la familia cuente con una buena psicoeducación, es decir, que estén al día de las consecuencias del uso excesivo del teléfono móvil, que aprendan a poner horarios y límites, que integren la tecnología con autocontrol y que estén abiertos a lo que los profesionales de la psicología y la educación les digamos.
Reflexión y adaptación continua
Como bien habrás visto, para que esto sea un éxito tendremos que comprometernos a largo plazo para que el abordaje de esta situación acabe siendo productivo para nuestra familia.
Al igual que ahora estás preocupado y buscas información por internet para poder hacer frente a este problema, si vienes a consulta y consigues mejorar en esta situación complicada que se te ha planteado, también es bueno que sepas que será necesario que te adaptes y sigas formándote de manera continua.
A veces entre padres e hijos hay una brecha a nivel de uso tecnológico que es importante paliar, ya que, como bien te habrás dado cuenta, la tecnología está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea en el trabajo, como ahora mismo que estás leyendo este artículo mediante un aparato electrónico.